viernes, 4 de noviembre de 2011

domingo, 24 de octubre de 2010

CÓMO APLICAR PUNTADAS A MANO Y EN MÁQUINA


CON FIELTRO...



CON TELA...



Aquí vas a poder diferentes técnicas para aplicar todas las puntadas que aprendiste en algún trabajo de estos.
Puedes también reciclar prendas ya hechas y aplicarles alguna de las técnicas de costura, para poder renovarlas y usarlas como si fueran nuevas.




CON ESPIGUILLA Y LISTÓN...



CON PUNTADAS A MANO...



TÉCNICAS COMBINADAS






























Estos modelos los encontré en blogs de internet son muy bonitos para poder aplicar las técnicas de puntadas básicas a mano, chécalos...

MÁQUINA DE COSER







PARTES DE LA MÁQUINA










PARTES DE LA MÁQUINA DE COSER




PUNTADAS BASICAS A MANO

COSTURA A MANO
Existen muchas puntadas hechas a mano con aguja e hilo, solo vamos a ver algunas de ellas, las más usadas como base para coser y terminar las costuras cuando no contamos con máquina de coser o cuando se requiere un terminado diferente.


El HILVÁN Se utiliza para unir dos o más piezas de tela de manera temporal se hace introduciendo la aguja y luego jalas el hilo, posteriormente se vuelve a insertar la aguja más a delante y se vuelve a sacar y así hasta terminar.



EL GAVIADO Es una puntada principalmente decorativa, también usada para dobladillos.
Se hace introduciendo la aguja de derecha a izquierda, tomando unas hebras de la tela, después dejando un centímetro a la derecha se introduce nuevamente la aguja de derecha a izquierda pero un centímetro más abajo de donde iniciamos la puntada anterior y repetimos la acción, debemos ir alternando la posición dónde tomamos las hebras en la tela una vez arriba y una vez abajo (es una variante del punto de cruz).




EL FESTÓN Esta puntada tiene muchos usos pero comúnmente se usa para evitar que las orillas se deshilachen, también se utiliza como adorno para decorar con esta puntada las orillas. Se hace de izquierda a derecha, introduciendo la aguja y sacándola para meterla nuevamente a un lado de donde salió anteriormente, pero teniendo cuidado de que antes de cerrarse la lazada de hilo saquemos la aguja nuevamente por en medio de esa lazada para ir formando la puntada. Observa el gráfico.



EL PUNTO ATRÁS Es una de las puntadas que más comunmente se utiliza, es la que suple la puntada de la máquina de coser ya que es muy resistente.
Se hace metiendo la aguja de izquierda a derecha regresando a la mitad de la primer puntada y jalando, avanzamos a la derecha haciendo la misma operación anterior teniendo cuidado de hacer puntadas pequeñas y regresando a la mitad de la puntada anterior.




LA PUNTADA ESCONDIDA
Esta puntada se hace para cerrar costuras sin que se noten. Se empieza metiendo la aguja en la tela y se introduce en la otra tela que debe estar doblado el margen que queremos ocultar, se introduce la aguja en este doblez y se avanza por ese doblez la aguja para sacarla y tomar una hebras de la tela, volviendo a meter la aguja por la tela que está doblada, se repite esta operación hasta terminar.

miércoles, 24 de febrero de 2010

LA MÁQUINA DE COSER

Lo cierto es que nadie sabe con exactitud quién fué el primero que inventó la máquina de coser,pero en 1755 el Alemán Charles Wisenthal, quien en Inglaterra construye una máquina de coser una de las primeras de las que se tiene registro.

La primera patente concedida para un mecanismo de costura fue en 1755 en la patente británica otorgada a Charles Wisethal.Wisenthal se le otorgó una la patente por una aguja que fue diseñada para una maquina, por supuesto, la patente no describe el resto del equipamiento. Si es que éste existía.


El ebanista inventor inglés y constructor de gabinetes, Thomas Saint le fue otorgada la primera patente formar una máquina completa para coser en 1790. Actualmente no se conoce si Saint construyó un prototipo de su invención. La patente describe un punzón que perfora un hueco en un cuero y pasa una aguja a través del hueco. Una reproducción posterior de la invención basada en los dibujos, pero la patente no funcionó.
En 1810, el inventor alemán Balthasar Krems inventó una máquina automática para coser gorras, pero nunca funcionó bien y por lo tanto no la patentó.
El sastre austriaco Josef Madersperger realizó varios intentos para inventar una máquina de coser.
y obtuvo una patente en 1814, pero su diseño también tuvo fallos.
La primera máquina de coser funcional fue inventada por el sastre francés Barthelemy Thimonnier en 1830. Convenció a su gobierno de la utilidad de su invento y fué contratado para coser uniformes para el ejército de Francia. Diez años después, ya tenía una fábrica con 80 máquinas, pero por poco lo matan otros enfurecidos sastres franceses, quienes quemaron su fábrica de maquinas, debido a que temían que causarían desempleo.
Con un nuevo socio, empezó de nuevo, pero los sastres volvieron a atacarlo. Como Francia estaba pasando momentos políticos difíciles, Thimonnier no podía esperar mucha ayuda de la policía o el ejército y huyó a Inglaterra, con la única máquina que pudo salvar.
La máquina de coser de Thimonnier usaba un solo hilo y fué la primera en tener un uso práctico. Fue el primero en ofrecer las máquinas para su venta y dirigió la primera fábrica de ropa. Sin embargo, murió en el hospicio de pobres.

En el año 1830, un sastre experto podía dar unas treinta puntadas por minuto, y la primera máquina, por tosca e ineficaz que fuese, lograba doscientas. Esa máquina la produjo Barthelemy Thimonnier, un sastre de Lyon. Su velocidad impresionó tanto al gobierno que, al poco tiempo, Thimmonier tenía ochenta máquinas en funcionamiento, produciendo uniformes militares.





La evolución que condujo a la moderna máquina de coser, con un sistema de doble hilo, se debe principalmente a dos bostoniano: Elías Howe e Isaac Singer. Elias Howe era un mecánico de Boston que trabajaba de firme para sustentar esposa y tres chiquillos. Un día de 1839, oyó a su jefe decirle a un cliente que quien lograra inventar una máquina de coser tenía asegurada una fortuna. Esta idea se convirtió en la obsesión de Howe. Quién patentó la primaera máquina de coser con pespunte recto,utilizando una aguja curva que se movía horizontalmente y accionada con una rueda.

Primero, Howe observó las manos de su esposa mientras cosía, y después trató de producir una máquina que imitara sus gestos. Al fracasar en su propósito, decidió idear un nuevo tipo de puntada no menos resistente, pero dentro de las posibilidades del diseño mecánico. Patentó su máquina de coser en septiembre de 1846, y en seguida empezó a mostrarla a potenciales fabricantes. La máquina cosía en línea recta sólo una breve distancia antes de poner de nuevo la tela en posición, pero permitía doscientas cincuenta firmes puntadas por minuto.



La máquina de Singer era superior a la de Howe. Tenía una aguja recta que se movía verticalmente (la aguja de Howe era curva y se movía en sentido horizontal), contaba con una palanca ajustable que mantenía la tela en su lugar, lo que permitía hacer un pespunte largo, recto o curvado, y disponía de un pedal, en tanto la máquina de Howe era accionada manualmente con una rueda. Pero la máquina de Singer hacía la puntada especial patentada por Howe.

Singer se negó a llegar a un acuerdo amistoso con Howe. Sustentaba una esposa y dos hijos, además de una amante y seis chiquillos más, y dijo a sus abogados: “Me importa un pito el invento. Lo que yo persigo es el dinero.”
Singer fué quién promovió el pago en abonos, para que el mayor número posible de personas adquiriera su máquina, logrando con ello facilitar su compra. Lo cual fué un gran acierto en ese tiempo.



Mientras el caso se eternizaba en los tribunales, apareció otro inventor americano que había ideado la máquina de coser, once años antes que Howe, llamado Walter Hunt. Era un genio con un extenso surtido de inventos en su haber, entre ellos la aguja imperdible, que había creado en tres horas. Hunt jamás había patentado ni anunciado su máquina de coser, temiendo que el invento dejara sin trabajo a los sastres. En 1853, mientras Howe y Singer litigaban ante los tribunales, la máquina de coser de Hunt se había convertido en un montón de chatarra oxidada. El juez que se ocupaba del caso decidió que el dinero que Singer perseguía había de compartirlo, pero no con Walter Hunt, sino con Elias Howe. Por cada máquina de coser fabricada, Howe recibiría un royalty.

En la actualidad existen un sin número de máquinas para todas las necesidades del mercado, sería imposible atribuirle a un sol inventor cada uno de los adelantos tecnológicos de las mismas, pero sin duda se les reconoce de forma anónima esta contribución para el mundo de la moda...